Historia clínica detallada: duración y frecuencia del problema, presencia desde la primera relación sexual (primaria) o adquirida recientemente (secundaria), factores emocionales, psicológicos o de pareja.
Evaluación física exploración urológica para descartar infecciones, inflamación o alteraciones anatómicas, evaluación neurológica básica si se sospechan problemas en el control nervioso de la eyaculación.
Pruebas complementarias (según el caso) Análisis de orina y cultivo si hay sospecha de infección, perfil hormonal (testosterona, prolactina, TSH) si hay signos de alteraciones hormonales, evaluación prostática en caso de síntomas asociados.
Estudios de orina y semen
Estudios especializados